El escritor Fernando Sánchez Dragó ha rendido hoy un homenaje a la fiesta taurina y a la figura del matador, que, "cuando vence al toro -ha dicho-, nos enseña a vivir", pero también a morir, si es el animal quien lo hace y el torero fallece "en la arena o en el hule".
El amor al toro bravo: por su estampa, su altanería, su elegancia… no las aprecio con igual majestad en ningún otro animal. El toro bravo de verdad, vive y muere poderoso y valiente, noble y libre. Sólo agacha la cabeza para embestir, no rechaza la pelea ni el castigo, y lo hace con verdad.
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